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Bienvenida al Mundo

               Foto: La Casa Lila

Montseny, 21 de enero de 2017. Parto de Berta i Pau.

Llego al destino que me indica el GPS, siempre me lío por las carreteras comarcales , está claro que la orientación no es lo mío. Me encanta ver las casas antiguas con sus puertas de madera, cuánta historia en estas calles. Aparco el coche lentamente bajo la luz de la farola, estoy cansada, voy a ralentí, paro el motor y respiro hondo. Sé que me espera una noche muy larga y después del día que llevo, buf. Abro mi bolso buscando mis aceites esenciales y empiezo a hurgar dentro.

-¿Dónde habré metido mi neceser aceitero?

Resoplando, vuelco el contenido del bolso encima del asiento,  lo encuentro debajo de los pañuelos de papel, entre un muñeco de goma y un trozo de pan que me debe haber metido el peque. Abro el neceser y saco el aceite esencial Stress Away, este aroma me relaja y centra. A pesar de haber asistido cientos de partos, siempre me sobreviene una pequeña inquietud, un nerviosismo un poco estresante. Inhalo cuatro veces y me pongo un poco en el cuello con el roll-on, a modo de perfume.

Salgo del coche y empiezo a descargar el pesado maletín de cuero, la silla de partos y  la bolsa con la muda, por si tengo que cambiarme. En esta profesión nunca sabes a que hora empiezas ni a que hora terminas. Mi marido está un poco hasta el moño, pobrete, lo vuelvo loco buscando maneras de colocar a nuestros cuatro hijos, por ejemplo, cuando lo llamo diez minutos antes de la salida del colegio, avisando que me voy a un parto.

Camino tranquilamente hacia el portal, mientras noto como el aire frío de enero me congela las mejillas, las montañas están llenas de nieve.

Pau me abre la puerta, acelerado como siempre y con la cara un pelín descompuesta, me susurra al oído:

– está muy inquieta, tiene bastantes contracciones, pero dice que no puede más, que es imposible que salga una cabezota por ese agujerito.

Me río por dentro, al intuir que es el futuro papá, el que está realmente nervioso. Mi impresión se confirma,  cuando veo a Berta rodeada de velas, sentada en una súper bola hinchable, moviéndose al ritmo de la suave música, Enchanment.  Dejándose llevar por su cuerpo, sin miedo, sin bloqueos, aceptando el dolor de la contracción, completamente abstraída en el planeta parto.

En ese momento asoma una contracción, agita levemente la respiración y gime suavemente, balanceando las caderas, hasta volver a la normalidad. Me acerco a Berta, apoyo mi mano en su hombro y la saludo mientras le doy palabras de ánimo. Ella levanta la mirada, sonríe y se sumerge de nuevo en su mundo.

22’50 h.-Ausculto al bebé, el ritmo cardíaco es correcto, 128 pulsaciones por minuto. Observo a la madre, todo está en orden. Por la actitud, el ritmo de la respiración y la concentración que muestra Berta, calculo que el bebé nacerá antes del amanecer.

Mi objetivo es molestar lo mínimo a la madre y no romper la atmósfera que se ha creado, así que dejo que la naturaleza siga su curso. Me siento bajo la luz de una vela, haciendo anotaciones del progreso del parto, preparando papeleo, auscultando al bebé y proporcionando aceites esenciales, en función de como transcurre la dilatación. También debo  admitir que  juego un rato con la app  de bolitas, me relaja.

2’00 h.- Me siento exhausta después de tantas horas, así que busco en mi neceser y me pongo en la mano una gota de aceite esencial de limón y otra de menta, inhalo un par de veces y me aplico la mezcla por el cuello y la nuca.

3’00 h.-Berta empieza a gemir de forma más profunda. El masaje con presión lumbar la alivia mucho cuando tiene las contracciones. Pau se encarga de dárselo, con una mezcla V-6 y lavanda. Lo relevo cuando lo noto muy cansado y le presto un poco de En-R-Gee, para que recupere un poco de actividad y no esté tan somnoliento. Aviso a mi compañera para que venga hacia las cinco de la madrugada.

5’15 h.-Oigo un par de golpecitos en la puerta, es Ana. Ayudamos a Berta, a meterse en la bañera hinchable que habíamos preparado para la ocasión, se sumerge en el agua caliente, pero está inquieta, no se siente a gusto. La ayudamos a salir, probamos un par de posturas en las que esté cómoda, se sienta en la silla de partos, prueba apoyándose en su marido, pero pobreta no se relaja. Siento que Berta está más terrenal. Aparecen las primeras deposiciones, lo cual indica que el expulsivo está muy cerca, pero Berta no sale del bloqueo. Balbucea entre lágrimas:

– no puedo más, estoy agotada. Es imposible que salga el bebé,  Pauuuuu!!! – (la cara de Pau es un poema, pobrete)

Las lágrimas se convierten en un llanto largo, intenso, lo cual me tranquiliza, ya que esas lágrimas no se derraman en vano, la están liberando, le están quitando tensión.

6,30 h.-El llanto cesa, Berta me pregunta si puede darse una ducha, me comenta que había leído en el libro “Parto Seguro”, que la ducha es como reiniciar un ordenador para una embarazada durante el parto. Así que su marido la acompaña al baño, la ayuda a desvestirse y acciona el grifo del agua caliente. Se mete dentro mientras Pau está a su lado.

Ana y yo nos esperamos detrás de la puerta del baño por si nos necesitan. Por la rendija, observo a Berta, veo como  el agua  le cae por la cabeza y le resbala por todo el cuerpo, la tensión que la bloqueaba parece que va desapareciendo. Entonces oigo como le comenta a su marido que se está relajando y nota como si la cabeza del bebé empezara a deslizarse. El marido le responde que no se preocupe, que él puede coger al bebé. Berta dice que ni hablar.

Entramos en el baño al oir el aviso de Pau. Me acerco a Berta y le pregunto:

– ¿Quieres parir aquí? (pensando: no querrás tenerlo aquí, me imagino la escena y como me mojaré.

– si, yo ahora no soy capaz de moverme, con lo que me ha costado coger la postura.

Así que Pau me trae un pequeño taburete infantil de Ikea y me siento en una de las esquinas del plato de ducha. Atiendo a la madre mientras el agua me salpica toda la ropa, es el primer parto que hago en una ducha, quien me lo iba a decir. Pau mientras, graba con la cámara sin perder detalle.

Berta se sostiene con una mano en la pared traslúcida de pavés y con la otra en el marco de la ventana, de pie, con las piernas separadas y el agua cayéndole encima, espera ansiosa que le llegue la contracción. Respira hondo y aprieta con fuerza.

Entonces mientras protejo el perineo con una toalla, veo como asoma la cabeza con la bolsa de las aguas que se abomba al máximo, pasan dos minutos y tres y no viene otra contracción, así que estimulo el fundus uterino (parte alta de la barriga) para que venga la última contracción.

6’55 h.-Cuando ésta llega, sale la cabeza, todavía dentro de la bolsa. Empieza a asomar un hombro y la bolsa revienta. Hay una vuelta de cordón al cuello algo laxa, la retiro y en la misma contracción sale el cuerpecito de la niña, que recibo en mis manos y alzo hacia la madre que inmediatamente la coge en sus brazos, mientras ambas siguen conectadas por el cordón umbilical.

La mamá llora emocionada, el papá no para de reir de contento, mi compañera da saltitos de alegría. Miro a la pequeña Rita con una admiración infinita, sus mejillas sonrojadas, sus ojos vivarachos,  siento un gozo enorme en el corazóń. He vivido el milagro de la vida muchísimas veces, aún así me siento infinitamente agradecida por la profesión que he elegido y por la oportunidad de acompañar a las familias en un momento tan importante en sus vidas. Cada parto es un pequeño milagro!!!

– Este relato es medio ficción, y lo dedico a todas las comadronas, en especial a Inma Marcos una gran persona y comadrona y al equipo Nèixer a Casa. También a Roser Samsó, que aporta su granito de arena para conseguir un parto más respetado.  Gracias a ellas, que nos han ayudado, apoyado y guiado en nuestros partos, tanto en casa como en el hospital. Probablemente un momento de inflexión en la vida de muchas mujeres.

 

– Stress Away: contiene la mezcla de aceites esenciales: copaiba, lima, madera de cedro, ocotea, lavanda y vainilla.

Creada para combatir cualquier tipo de estrés, anticipándose a las tensiones mentales, reduce los factores estresantes que pueden afectar negativamente el sueño y mejora el estado mental de las personas.

*Durante el parto puede ayudar mucho a calmar los nervios de los futuros papás.

 

– En-R-Gee: esta sinergia está compuesta por enebro, romero (cineol), clavo, pimienta negra, nuez moscada, lemongrass, abeto balsámico, nuez moscada.

Estos aceites esenciales estimulantes, revitalizan y ayudan a mejorar la energía de uno sin sobreestimular. Se han usado tradicionalmente para ayudar a restaurar el estado mental de alerta, elevan el ánimo y potencia la energía.

*En el caso del parto, puede ayudar a  la madre a reunir fuerzas y coraje para el expulsivo.

 

 

– V-6:  mezcla de aceites vegetales, contiene entre otros, gérmen de trigo,  aceite de coco, aceite de sésamo, …

Se utiliza para diluir los aceites esenciales y combinarse para  crear mezclas.

Nutre la piel, no obstruye los poros ni mancha la ropa. Tiene una amplia fecha de caducidad, por lo que tarda bastante tiempo en ponerse rancio.

*Facilita mucho el masaje en la zona lumbar en las embarazadas durante las contracciones.

 

 

Publicado en Relatos

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